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LOS SENTIDOS Y LA INTELIGENCIA… UNA BALANZA EQUILIBRADA

Los sentidos y la inteligencia se mueven y desarrollan en el mismo medio: el cerebro; esto quiere decir que a medida que nuestro cerebro recibe una información, esta es transformada por medio de una serie de procesos para después ser trasmitida al medio exterior (nuestro entorno).

Pero, ¿puede que los sentidos, o la inteligencia nos engañen al entregarnos la información? La respuesta es sí; empezando con el argumento de que no somos nosotros quienes gobernamos el cerebro, nuestro cerebro tiene control total sobre nuestros pensamientos y actitudes; esto quiere decir que todo lo que el cerebro nos ordena eso hacemos, y este, en medio de sus señales enviadas a nuestros sentidos (tacto, visión, gusto, olfato, y oído) puede engañarnos y hacernos creer lo que no es.

Para decirlo de una manera más específica, podemos sugerir que no todo lo que vemos y oímos es exactamente la realidad que vivimos en algún momento determinado de la vida. La forma en que los sentidos se relacionan con nosotros es un constante juego e intercambio de informaciones; ahora, es obvio que si nosotros tenemos una concentración muy regular seremos más vulnerables ante los sentidos y se convertirá en un problema mayor.

Cabe mencionar que los sentidos no siempre nos engañan, es más, lo hacen porque nosotros no estamos lo suficientemente preparados para recibir la orden y ponerla en acción. Los sentidos no tienen como fin engañarnos ni hacernos equivocar, simplemente nosotros damos la oportunidad y ellos la aprovechan, esta oportunidad la damos cuando nos dejamos afectar por los sucesos que afrontamos, y nuestro estado de ánimo es muy fuerte (estamos emocionalmente mal: problemas, depresión, ansiedad, etc.) y nosotros no lo podemos controlar ni manejar.

Es importante también aclarar que mientras los sentidos se mueven, juntamente con ellos se mueve también la inteligencia; y el caso de que si esta nos engaña o no es muy parecido al de los sentidos.

La inteligencia es una fuente de sabiduría necesaria para todos los seres humanos y por ende es más fuerte que nosotros. ¿La inteligencia nos engaña? La respuesta es sí. Y nos engaña principalmente porque ella es perfecta y nosotros no lo somos. Si la inteligencia no nos engañara todos seriamos perfectos en todo (nuestros análisis, problemas, conceptos, procesos, etc.).Nuestra sociedad está rodeada y muy enriquecida por conocimiento, pero no por inteligencia; y nunca hemos llegado a la verdadera inteligencia sencillamente porque nos equivocamos constantemente. Nosotros podemos engañar al conocimiento ya que podemos sacar varias conclusiones o respuestas para un mismo caso (ejm: 2+2= 4; 18-14=4;-3+7=4), pero a la inteligencia no la podemos engañar, ya que ella siempre ha estado en nuestro interior pero solo nos comparte una parte de su información; es decir, no se presenta ante nosotros de una manera amplia sino simple, pues somos nosotros los que debemos ir a ella y no ella a nosotros.

Conocimientos hay muchos pero inteligencia solo una y es la fase final de todo conocimiento, la unión de todos los conocimientos exactos y reales.

Igual que los sentidos, la inteligencia no siempre nos engaña, pero para contraponernos a su engaño tendríamos que tener un coeficiente (saber) bastante elevado, y esto en nuestra sociedad no abunda mucho.

CONCLUSION:

Mi opinión final respecto al tema es que el engaño de los sentidos y la inteligencia es una balanza bien equilibrada, puesto que nuestra vida en sociedad no es un caos, es decir, aun con los engaños que recibimos, el desarrollo de nuestro entorno y aun de nosotros mismos es normal, ordenado y continuo. Si los sentidos y la inteligencia no nos engañara todo sería perfecto, no habrían errores, pensaríamos igual, hablaríamos igual, y estaríamos de acuerdo en todo, todos tendríamos la razón.

Para mí un mundo donde no exista un mínimo grado de engaño por parte de los sentidos y de la inteligencia, sería un mundo aburrido y no tendría gracia habitar en el.

Todos nos podemos equivocar y entre mas lo hagamos, mas vamos a aprender.

ERRARE HUMATUM EST… (Errar es de humanos).

kant

kant

viernes, 15 de abril de 2011

Martin Heidegger

Martin Heidegger
Martin Heidegger (MesskirchAlemania26 de septiembre de 1889 – Friburgo de Brisgovia26 de mayo de 1976) fue un filósofo alemán.
Estudió teología católica, ciencias naturales y filosofía en la Universidad de Friburgo de Brisgovia, donde fue discípulo de Heinrich Rickert, uno de los máximos exponentes del neokantismo de la Escuela de Baden y luego asistente de Edmund Husserl, el fundador de la fenomenología. Comenzó su actividad docente en Friburgo en 1915, para luego enseñar durante un período (19231928) enMarburgo. Retornó a Friburgo en ese último año, ya como profesor de filosofía.

Obras

La obra de Heidegger suele entenderse como separada en dos períodos distintos cuya ruptura se encontraría en el viraje (Kehre) experimentado por su enfoque filosófico, por lo que es habitual hablar de dos etapas o momentos en su pensamiento. Digamos que esta escisión señalada por estudiosos y críticos de su obra, el filósofo nunca la aceptó:
§         Momento en que se sirve de la analítica existencial como instrumento o «prolegómeno» para replantear la pregunta tradicional de la metafísica, la pregunta por el «ser», como pregunta por el «sentido del ser» (claramente desde los primeros párrafos de Ser y tiempo). En esta etapa se concluye que el sentido del ser es íntimamente dependiente del tiempo, por esto podemos considerar la primera etapa como marcada por una búsqueda del «ser del tiempo».
§         Un segundo periodo en el que, como el propio autor señala, concibe su pensamiento como el desarrollo de una «historia del ser». El objetivo fundamental de esta «historia del ser» radica en la comprensión de los vínculos entre el desarrollo de la cuestión del ser en la filosofía y la historia de Occidente (aunque no señalado por muchos encarar este momento según este enfoque, nos lleva a reminiscencias hegelianas). Esta segunda etapa ya no pretende abordar el «ser del tiempo» sino que se encara frente a los «tiempos del ser», en este sentido puede ser comprendido en viraje que se produce en su filosofía.
 

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